Marcos*, como lo vamos a llamar en esta nota para proteger su identidad, es un ingeniero de sistemas barranquillero, aficionado al fútbol, hincha de América de Cali que el pasado domingo recibió una paliza fuera del estadio Metropolitano, antes del partido del Junior con el equipo escarlata.

Él es un amante del fútbol y amigo de futbolistas y exfutbolistas: Martín Arzuaga, Johan Arango y Yesus Cabrera, entre otros.

Tras conocer testimonios y casos de personas heridas, Zona Cero puede informar que es inexacta la cifra de heridos que entregó la Policía Metropolitana de Barranquilla. La Mebar reportó tres heridos (dos dentro del Metro y uno fuera del escenario deportivo). Solo antes del partido, en la información recogida por este medio, contabilizamos cuatro en la parte exterior del Metropolitano.

Estos fueron blanco de esa “cacería de lobos” de barristas de Junior, como lo llamó una de las víctimas. El objetivo de esos barristas era atacar a quien no tuviera camiseta de Junior, pues deducían que era hincha del América. Esa cacería fue inicialmente fuera del estadio, y luego dentro del escenario deportivo.

La salvaje agresión a *Marcos

*Marcos es un barranquillero que se hizo hincha del América de Cali, cuando en los Diablos Rojos deslumbraban figuras como ‘Polilla’ Da Silva, ‘Pipa’ De Ávila, Óscar Córdoba, Leonel Álvarez, entre otras estrellas.

Ya su papá también seguía al equipo de la Sultana del Valle pues vio al pentacampeón de los 80 de Julio César Falcioni, César Cueto, Willington Ortíz, Juan Manuel Battaglia, y otros.

El domingo, conociendo los riesgos que podría correr, llevó una pinta “neutra” al Roberto Meléndez. Vestía camiseta negra y pantaloneta de igual color.

Cuando apenas llegaba al área del parqueadero, caminaba cuando vio a una multitud vistiendo la camiseta de Junior. “Uno de ellos me señala y atravesó”.

Tratando de entrar en confianza, este ingeniero de sistemas le dijo a su interlocutor con su acento barranquillero que necesitaba una boleta de occidental, pero este comenzó a agredirlo verbalmente.

"Me dijo que me levantara la camisa, qué dónde estaba mí camisa, yo me levanté la camisa, que la camisa dónde está, le dije que yo soy barranquillero, que vivía en un barrio popular de aquí, me empezó a agredir, me dio puños en la cara. Cuando él empezó a darme puños en la cara, vinieron como 7 o 8 personas más", contó.

Él le pedía a sus agresores que lo dejaran quieto. Les decía que era una persona de bien, que no tenía problemas con nadie, que no pertenecía a ninguna barra, que tenía un hijo y que tenía una familia, pero nada que los “irracionales” fanáticos lo escuchaban.

Sus súplicas fueron escuchadas cuando una persona que estaba cerca le gritó a los barristas que se detuvieran. Que a quien atacaban era a un joven barranquillero. Sin embargo, otros barristas comenzaron a atacarlo nuevamente y hasta sintió que lo herían por la espalda.

En medio de la confusión, este hombre salió corriendo pero unos 15 metros después se tropezó y cayó.

“Ahí estaba un policía que solo me dijo que me levantara”, no le brindó ningún tipo de ayuda. Por fortuna para él, aparecieron otros uniformados que llegaron en una van. En ese instante vio que también frente a él atacaban a otro joven. *Marcos le pidió a los policías que también lo recogieran. El otro joven sangraba por una puñalada en la cabeza y otra en la espalda.

Solidario, el joven barranquillero le pidió a los policías que lo llevaran a la Clínica Murillo.

En la patrulla, el otro joven perdió mucha sangre. “A él lo atendieron, después le pedí a una enfermera que me revisara a mí y cuando me revisó la espalda, me dice que tengo dos puñaladas en la espalda aparte de los moretones en la cara”.

*Marcos compara el episodio con una tragedia que se ve venir cuando vas en un vuelo y la aeronave está fallando: “En ese momento se le nubla la mente a uno, como cuando vas en un avión y sientes que te dicen que el avión se va a caer y hasta aquí llegó todo. Pero pensé en mi hijo y eso me dio fuerzas para correr, para buscar ayuda”.

Lamentablemente, cree que no fue oportuna y rápida la ayuda. “No la sentí de nadie, ni del policía que me vio caer, él me vio caer y ni siquiera me dio la mano para levantarme, si no es por los dos policías que vienen en la van, que se bajaron y me auxiliaron”.

A este aficionado le “parece increíble” que en este tipo de partido, no haya policías alrededor del estadio.

Convaleciente, hoy *Marcos siente tristeza porque con apenas 37 años, ya habla con nostalgia del fútbol que vio desde niño y sabe “que ya esa época no vuelve más”.

Analiza y sostiene que el problema no son las barras: "Eso es un problema social que dejaron crecer cada día, cada día, cada día. Lamentablemente, se perdió el norte, el sentido de ir a un estadio".

Para este hombre que creció viendo en Junior a figuras como ‘El Pibe’ Valderrama, Víctor Danilo Pacheco, Oswaldo Mackenzie, Iván René Valenciano, recuerda que en esa época “se disfrutaba yendo al estadio”.

Lo más triste es que el domingo, los barristas atacaban "a los mismos hinchas, lo agredían porque a todo el que no veían con una prenda de Junior,  lo iban agrediendo.. Cuando empezó el partido, que se empezaron a pasar de tribuna, eso era una cacería de lobos. El que no tuviera camisa de Junior le iban pegando", finalizó.

Hoy, este ingeniero de sistemas sabe que está vivo de milagro y lamenta que con episodios como estos, los verdaderos aficionados al fútbol, se alejen de los estadios.

Más que el dolor de las heridas recibidas, a *Marcos le duele que el fútbol, el deporte que “nos saca del contexto diario”, “lo que nos saca de la tensión y la depresión”, nos está llevando a situaciones más graves.

Gritaban que quien no tuviera camiseta lo iban a linchar y a apuñalar

Un aficionado, que prefirió no dar su nombre, relató los momentos de angustia que vivió con su mamá cuando iba a entrar al estadio en la localidad de occidente: “el carro nos dejó afuera y como no teníamos camiseta del Junior, la gente estaba gritando que quien no la tuviera lo iban a linchar y a apuñalar”
 
“Yo llevaba una camiseta roja, iba caminando con mi mamá, y delante de nosotros iba un muchacho que tenía una camiseta negra y no sé de dónde salió tanta gente, llegaron corriendo y le comenzaron a dar patadas le dieron una puñalada, le partieron botellas en la cabeza y en la cara, lo tenían como un muñeco, así más o menos dándole patadas y trompadas, al señor le partieron toda la cara”, relató el barranquillero.

Dijo que también vio cuando un joven que estaba en sur, de camiseta negra, era perseguido por barristas y se voló la cerca de sur a occidente, también le dieron puñaladas. “A todo el que encontraran sin camiseta del Junior querían darle puñalada”, sostuvo.

*Marcos, nombre cambiado para proteger su integridad